Hace unas semanas La Cubana nos dio la gran noticia de que Campanades de Boda se prorrogaba, de momento, hasta el 1 de julio. Unidos a la alegría de que esta alegoría al teatro siga en la cartelera del Teatre Tívoli de Barcelona, hoy tenemos el gran honor de mostraros la entrevista que nos concedió el director de la compañía, el genio teatral Jordi Milán. Es una entrevista que os recomendamos leer tranquilamente, disfrutándola, ya que en las palabras de Jordi se refleja un amor hacia el teatro, y en consecuencia hacia la vida, del que seguro obtendrás energía positiva:
María Garrido en su entrevista nos ha comentado que «Campanades de Boda» ya estaba escrita desde hacía mucho tiempo ¿Cómo se te ocurrió la idea?
Sí. De hecho no es la primera vez que La Cubana toca el tema de las bodas, ya se trataba dede «Les Teresines», y también en el teatro de calle que hacemos, por ejemplo. Así, la idea de Campanades de Boda va saliendo poco a poco, cogiendo anécdotas, cosas que había visto, comentarios… También siempre tomas referencias de personas reales, los personajes están pensados desde hace mucho, yo ya tenía la idea de como quería hacer este espectáculo desde mucho antes de plantear llevarlo a escena.
¿Qué podemos ver en Campanades de Boda que sea real, anécdotas de bodas?
Las bodas para mí son un gran espectáculo, donde todo el mundo hace teatro en mayor o menor medida, realmente se monta una función, y siempre me ha hecho gracia eso, que una boda sea montar un tinglado donde cada uno tiene su papel, y que no tiene nada que ver con nosotros, pero ese día todo se transforma: la novia, los padres, el padrino, la madrina, el velo, elegir la música, las fotos, el vídeo, te vistes de una manera que nunca te vistes, ¡las flores!.. Si no, no es una boda…
Es curioso, porque eso, durante todas las épocas ha sido así. Yo que he vivido la época de los 60 y 70, la época hippie, la gente se casaba de otra manera, más sencilla, pero se casaba, hacía igualmente una obra de teatro. Da igual que pase el tiempo. Igualmente, ahora un colectivo como el homosexual, con una mentalidad abierta, se casa e igualmente «arma el tinglado». En definitiva, en todas las épocas y en todos los sectores de la sociedad se hace un teatro del acto de casarse.
Yo lo único que he hecho es plasmar todo esto en un espectáculo, las obras de La Cubana siempre hablan de teatro, el teatro que hacemos en la vida cotidiana, el ser humano necesita el teatro, por eso montamos estas parafernarias. Mientras exista el ser humano, existirá el teatro.
Es decir, detalles de Campanades de Boda los podemos encontrar en cualquier boda…
¡Claro que sí! Unos padres, con cuatro hijos, pasan los mismos nervios con el primero que con el último que se casa, y siempre es lo mismo, que si organizar los coches, las mesas de la boda, los regalos, los trajes… La idea es reflejar esta preparación, que la gente se de cuenta que preparar una boda es como hacer un guión de teatro y llevar la obra al escenario, todo para nada… Todo se acaba en un día. Como en el teatro… Cuando yo hacía teatro amateur, ensayaba seis meses para representar una sola vez, y cuando pasa piensas «ostras, ya ha pasado… Después de tanta preparación…». Exactamente igual que en las bodas.
Algo que nos ha chocado es que a pesar del espíritu positivo, la energía y alegría que desprende Campanades de Boda, a tí siempre te hemos leído muy negativo…
Es que nunca sabes como va a reaccionar el público… Por mucho que las otras obras de La Cubana hayan tenido éxito. Prefabricar un éxito no es posible, no hay fórmulas para el éxito. Los artistas, en general, son personas «esponja», van por la calle «chupando» ideas sin darse cuenta. Pienso que a la hora de crear te inspiras en una serie de cosas que has vivido, has captado y si eso sabes captarlo bien, es posible que lo que hagas le guste al público. Pero las obras hay que hacerlas como a ti te gustan, no pensando en lo que le gustará al público, si no esto sería una «máquina de hacer churros», eso no es teatro.
Si hubiera una fórmula de éxito en el teatro, sería muy aburrido. El teatro es aventura pura, te dejas llevar por la intuición, por lo que te gusta, sin pensar en nada más.
Pero esto no tiene porqué suponer una negatividad como la que expresas por ejemplo en el programa de Campanades de Boda…
Mira, yo soy muy exigente conmigo mismo y también con los demás, me gusta que las cosas salgan muy bien. Sí, soy negativo en el sentido de que no puedo decir antes de ver cómo funciona la obra: «es fantástica». Es verdad que soy negativo y exigente en ese aspecto, de hecho si ves la obra el día del estreno y la vuelves a ver ahora, verás que ha cambiado a mejor, se van cambiando cosas.
No me gusta la palabra negativo… de hecho, no soy negativo, soy exigente. Y claro que te encanta que al público le guste lo que te hace gracia a ti, pero hasta que no abres las puertas del teatro la primera vez, no sabes como va reaccionar el público.
Yo veo la función cada día, tomo nota y al final de la actuación voy a hablar con los actores y les doy las indicaciones pertinentes, eso no lo hace ningún director. Soy como un entrenador de fútbol. Además, disfruto viendo la función cada día y los actores, los técnicos, todo el equipo también la disfruta. Toda la gente que está en el teatro debe disfrutar de la obra.
Y respecto a que puede ser la última obra de La Cubana, ¿que nos puedes decir?
Se que en el programa he dicho eso, pero eso no es ser negativo, es ser realista. Si hay a alguien al que le debemos explicaciones, desde luego es al público, porque es el público el que nos ha mantenido todos estos años haciendo teatro, y el momento de advertir que esto puede pasar es ahora, no de aquí a uno o dos años, que de repente el público se de cuenta de que no vamos a hacer nada más y no se lo hayamos dicho. Somos una compañía artesana, que trabajamos mucho, y un espectáculo como Campanades de Boda nos dura normalmente tres y cuatro años porque vamos de pueblo en pueblo representándola. Pero ahora, debido a la crisis, los ayuntamientos no tienen presupuesto para este tipo de cosas, sólo podemos actuar en capitales y con riesgos. Por eso es posible, que esta sea la última.
Con esto que comentas… ¿Qué pasará después del Tívoli?
Pues ya veremos, como te he dicho iremos a alguna capital, Madrid, Sevilla, Bilbao, Zaragoza, Valencia… Pero a hacer temporada, no iremos de pueblo en pueblo, que es lo que suele hacer La Cubana.
¿Y las nuevas tecnologías? ¿Han ayudado a promocionar Campanades de Boda?
Claro que sí. En el caso de nuestro público, hay un sector que nos conoce desde hace más de 30 años, y que nos siguen desde entonces, algunos de ellos utilizarán internet y otros no. Pero en cambio, el público de segunda generación, los hijos e hijas de los primeros, sí que utilizan estas herramientas y nos conocen por Facebook o Twitter, o por nuestra web. Y comunidades online, como Broadway Barcelona, nos ayudan en este sentido a la promoción en internet. La comunicación online es el futuro y hemos sabido adaptarnos a esto, por eso tenemos Facebook y Twitter, es nuestra manera de llegar a nuestro público más joven. Es muy bonito, porque la primera generación viene con los hijos, que ahora ya empiezan a traer a sus hijos. És molt maco!
Una vez más, reiteramos nuestro agradecimiento a la compañía, por acogernos con los brazos abiertos en la que es ya su casa el Tívoli, y en la que nos hicieron sentir como si fuera la nuestra. Y como queremos compartir esas ganas de vivir de Jordi, todo el equipo de La Cubana y de Campanades de Boda con todos nuestros musical lovers muy pronto lanzaremos un concurso para que podáis disfrutar vosotros también de este espectáculo teatral y musical. ¡¡Estad muy atentos a nuestra web!!
The show must go on! (Con concurso para ponerse la Pamela e irse a disfrutar de Campanades de Boda)