Marry Me a Little, el musical de Sondheim dirigido por Toni Martín, se ha ganado a la crítica y al público barcelonés, y tras verla y charlar con sus protagonistas, podemos decir que realmente es una obra que llega hondo musical e interpretativamente. ¿Quieres conocer más detalles?

cartell-marry-me-a-little-teatre-lliure-montjuic-barcelonaMarry Me a little, la obra de Stephen Sondheim que se representa en el Teatre Lliure de Montjuic, es una obra sincera y de alta calidad musical. Nos habla de las vidas de dos personas –chico y chica-, totalmente normales, podríamos ser cualquiera, que, atrapados por el ritmo acelerado de la sociedad, no tienen tiempo para el amor, más allá de soñar con la persona ideal. Un musical en el que se mezclan soledad, miedo y amor, a través de unos intérpretes –Mone Teruel y Toni Viñals– que «desnudan» perfectamente a sus personajes. La sensación es parecida a la que tuvimos con Over the Moon, en la que uno se siente parte de la obra. Además, uno de los vínculos de estos dos musicales, el pianista Xavi Torras, contribuye también a lo segundo, a la alta calidad musical del espectáculo. Y es que el trabajo virtuoso de Xavi y la magnífica dirección artística de Toni Martín, unido a las piezas de Sondheim, uno de los más grandes compositores de musical, resulta sencillamente en un espectáculo de muy alta calidad.

Pero ¡dejemos que nos lo cuenten mejor los propios protagonistas! Hablamos con Toni, Mone y Xavi:

¿Como os sentís haciendo un ‘Sondheim’, al que se apoda «el Shakespeare de los Musicales»? ¿Es eso mucha responsabilidad?

Toni Viñals (TV): En mi caso, es la primera vez que interpreto un Sonheim. Y lo que justo comentaba con mis compañeros al terminar la función es que siempre salgo ‘tocado’, blando, ya que el material requiere mucha implicación emocional y concentración. Eso contrasta con la felicidad que me produce la agradecida reacción del público y el hecho de poder representar a Sondheim en Barcelona. La responsabilidad es alta, también por respeto a la gente que aprecia este material.

Mone Teruel (MT): En mi caso, es la tercera vez que hago un Sondheim, pero sin lugar a dudas, la más intensa. Es una pieza muy exigente, pero que me deja muy contenta y orgullosa. Es un atrevimiento… pero bueno ¡yo soy una mujer atrevida! (risas)

La obra trata de la soledad, la búsqueda del amor y la incapacidad humana para apreciar el entorno más inmediato. La obra es de 1980, pero nos ha parecido muy actual ¿Cual es vuestra opinión sobre la trama de la obra, y su actualidad?

Xavi Torras (XT): Yo creo que como todas las buenas obras, Marry Me es contextualizable dentro y fuera de su época de creación, sin apenas introducir elementos actuales. En este sentido, destaco el gran trabajo de Roser Batalla (que ha realizado la traducción y adaptación del inglés). Diría que esta obra aguanta la versión y también la perversión.

TV: Además, cuanto más avanza el tiempo, más actual es. Hoy en día, una persona vive múltiples vidas: te juntas, te separas, te vuelves a juntar, cambias de orientación sexual, te vuelves a juntar… dDsde luego, las relaciones humanas en las grandes ciudades son muy variables [Marry Me a Little se ambienta en la ciudad de Nueva York].

MT: ¡Estoy de acuerdo! Con la llegada de las nuevas  tecnologías, se pierde la relación física directa y se virtualizan las relaciones. Hablar de soledad, de las ganas de tener pareja, de las ganas de no tenerla cuando la consigues… Nunca pasa de moda.

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En Marry Me a Little se aprecia un trabajo musical complejo y muy intenso ¿Cómo se prepara uno vocalmente o musicalmente para esta obra?

XT: Cuando uno monta un Sondheim, se da cuenta que está haciendo ‘teatro musical’ en mayúsculas. Por ejemplo, no se puede ensayar esta obra sin parar a pensar qué le pasa a un personaje, de dónde viene, hacia dónde va, y debes realizar el ejercicio de entender porqué eso está escrito como lo está; eso es un camino distinto a lo convencional. 

Normalmente, en otros musicales, uno llega con las canciones tan aprendidas que no sabes ni porqué eso es así. Sondheim funciona diferente: te propone una cosa muy concreta, muy clara, y por el camino debes deshilar todo lo que está sobre el papel para acabar entendiendo los porqués. Una vez contestas estas preguntas, como intérprete, tienes la tarea hecha. Además, esa idea de que si tienes una historia y le pones canciones, ya tienes un musical, es un poco dañina y no aplica siempre.

MT: Eso que dice Xavi de que son ’cosas claras’, ¡no lo tengo yo tan claro! (risas) Lo digo porque la partitura es compleja, hemos tenido que estudiar mucho, tanto juntos como por separado, repasando letras una y otra vez.

XT: Cierto, nos preparamos mucho para la obra. A mí me encanta sentir que necesitas una preparación inevitable para poder ejecutar este material. Tiene una parte que impone y hasta infunde miedo, pero hace que nunca bajes la guardia y que la recompensa sea muy gratificante.

En el caso de Mone, Mamma Mia!, Bella y Bestia…; en el de Toni, Spamalot, Los 40… ¡Y ahora Marry Me a Little! Musical de gran formato o pequeño formato: ¿con que os quedáis?

TV: He combinado cosas bastante distintas:  además de los que mencionáis, he participado en Más de 100 mentiras, El Último Jinete, pero trabajo también en salas alternativas, espectáculos de creación y colaborando con gente que hace pequeñas cosas. Sin duda, el deseo que uno tiene para trabajar en algún gran musical (sobre todo cuando no lo ha hecho antes) y la energía que mueve una gran platea son inigualables. Pero por otro lado, la posibilidad de mirar a los ojos de todos los asistentes a pequeña sala [“¡Hoy lo he hecho con todos!”, nos dice Toni] es también increíble. En Marry Me a Little, se mezclan dos de mis pasiones: el musical y el pequeño formato.

MT: A mí me encanta trabajar en ‘petit comité’, me hace sentir segura y cercana a mis compañeros. Personalmente, creo que saco lo mejor de mí así, y la complicidad con el público es única. Pero eso sí… ¡el trabajo es el trabajo! Y sea en el formato que sea, siempre es bienvenido.

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Además, Barcelona ha apostado bastante por el musical de pequeño formato…

[Mone rie y hace un gesto de ‘dinero’ con los dedos]

XT: Creo que desde hace 16 años, Barcelona ha apostado por el pequeño formato. Yo he dirigido unas 15 obras de este tipo. Son de alto riesgo, lo cual me motiva. Pero lo que insinuaba Mone también es cierto: la falta de dinero para ejecutar grandes producciones es evidente, y hace que muchas obras que no están concebidas para ser pequeñas acaben siéndolo. Eso es triste, sobre todo al ver cómo grandes obras, donde se ha invertido mucho, han acabado en fiasco. Con lo que se invierte en una grande, ¡se podrían producir 200 pequeñas!

TV: De hecho, Sonsheim decía que el musical no se aprende en casa, estudiando; se aprende haciéndolo, equivocándose y aprendiendo de ello. Está claro que para esto, se tiene que invertir en creadores que lleven a cabo obras.

XT: ¡Esa es la función del Off-Broadway en Nueva York! Es una gran cantera de actores, cantantes, compositores, técnicos… Aunque no necesariamente todas las ‘Off’ acaben en Broadway. Además, mientras allí se dedican 2 o 3 años en generar una pieza, aquí en tres meses la montamos, ensayamos y presentamos, ¡queriendo además los mismos resultados que con los grandes! Hay que probar más y equivocarse si hace falta.

A pesar de la situación actual, ha habido una buena acogida de la crítica con Marry Me a Little.¿Se refleja en la asistencia de público?

TV: Estamos muy satisfechos de la asistencia y acogida de la obra, porque ciertamente no es un espectáculo ‘fácil’. Pero echando la vista atrás, me vienen reacciones de gente bastante increíbles. Recuerdo una persona que nos escribió por Facebook, justo una hora después de la función, un texto larguísimo volcando todo lo que había sentido con la obra. Luego, también una persona que pese haber visto la obra una vez entrando con un descuento, ¡quiso volver a verla y pagar la entrada completa! (risas)

MT: A mí también me ha sorprendido la acogida, no porque la obra no lo merezca, pero al ser algo un poco distinto, no es evidente. Después resulta que ha cuajado y gustado, y creo que es por la sinceridad del espectáculo. Nos abrimos en canal actuando, y ver a una persona abriéndose en canal en la interpretación, que no está mintiendo, a medio metro de donde estás tú, es una cosa muy bonita.

Damos las gracias a los artistas de este pequeño gran musical por el rato de conversación en el que nos desnudaron la obra y nos dieron la oportunidad de compartirlo con todos vosotros. Sólo tenéis hasta el próximo día 22 de diciembre para verla, disfrutarla y sentirla ¡Os la recomendamos!

The show must go on! (con un Sondheim sincero y musicalmente impecable)