Por primera vez en Barcelona, y en concreto en el Teatre Gaudí, se puede disfrutar de una versión bastante especial de la operetta cómica La Gran Duquessa de Gerolstein, una apuesta arriesgada de la joven Companyia Bratislava, que sorprende por sus grandes voces y artistas completos.

Desde el 17 de enero y hasta el 16 de marzo, el Teatre Gaudí acoge en su cartelera la versión de la Companyia Bratislava de la operetta bouffe La Gran Duquessa de Gerolstein. Hace unos días tuvimos el placer de disfrutar de lo lindo con este espectáculo que, aunque arriesgado, ya que han adaptado una gran obra a pequeño formato, con la consecuente eliminación de escenas, argumentos, personajes y escenografía; el resultado es divertido y sorprendente.

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Si bien de buenas a primeras nos encontramos una escenografía austera, según se va desgranando la obra, vemos cómo los cuatro jóvenes actores han conseguido realizar una adaptación en la que todo está pensado, y cada elemento, empezando por los cacharros y utensilios de cocina que usan por casco, cobran un sentido crítico bastante potente en contra del militarismo irreflexivo y la parafernalia militar en general. Los poderes y caprichos se entremezclan gracias a su protagonista, una tiránica duquesa que provoca la guerra porque se aburre y que hace actuar a su antojo a todo el mundo que le rodea. Pero al final se demuestra que lo material, y en concreto el poder y el dinero, poco valor tienen frente a valores mucho más profundos, como el amor.

Con unas voces espléndidas, con mención especial a Anna Arena, y una interpretación bastante conseguida, en la que el travestismo es la nota predominante -es Albert Ruiz, el único chico, el que interpreta a la Duquesa; los cuatro actores, interpretan a varios personajes, cantan, bailan y en algún momento hasta tocan algún instrumento. Y es que esta joven compañía apuesta por los artistas completos.

Con todos estos ingredientes, lo que podemos esperar de este espectáculo de teatro musical, con elementos muy originales y con puntos de crítica, es entretenimiento y diversión, entrelazados con canciones bastante pegadizas que nos llevan de viaje por la vida de la Duquesa y sus caprichos atados al poder que tiene. En resumen y en pocas palabras: no te la puedes perder.

The show must go on! (con una operetta divertida y sorprendente)